Para conocer los rincones ocultos de la ciudad, el Servicio de Guías de
Turismo de Córdoba AC reedita en estas vacaciones de invierno, el circuito “Córdoba Subterránea”
El Cabildo Histórico de Córdoba, nacido en los
tiempos de la fundación de nuestra ciudad, muestra su estructura colonial que
le otorgara el ingeniero “voluntario” Manuel López
durante gobierno del Marqués de Sobre Monte.
El Cabildo fue testigo de cambios sociales,
discusiones políticas, sentencias, festejos y situaciones que perturbaron la
tranquilidad (que hoy imaginamos) del siglo XVIII.
Pero el estilo neoclásico que se levanta frente a la Plaza Mayor, tapó con
su imponencia parte de esa historia oscura, la que no se cuenta de presidiarios
amontonados bajo los suelos de la ciudad.
Entre
grilletes y cepos
Las condiciones degradantes que provocaban la humedad
y el hacinamiento facilitaban el contagio de enfermedades y pestes. El espacio
compartido por nativos, aborígenes llegados desde otras tierras, por decisión
propia o a la fuerza, africanos esclavizados y algún que otro criollo sin
posibilidad de defenderse, tendrán este espacio común donde las condiciones
agravaban los conflictos entre estas culturas tan dispares.
Para amenizar las condiciones del alojamiento, los
presos eran retirados para hacer la obra pública: calles, zanjeos, acequias e
incluso levantar edificios eran parte de las tareas cotidianas para mantenerlos
ocupados.
El innovador gobierno de Sobre Monte los hará partícipes
de las construcciones de los primeros sistema de aguas corrientes en el país y
de iluminación pública con lámparas de aceite, las fuentes públicas, hospital
para mujeres. Y en pos de mejorar las
condiciones de los reos, crear una nueva cárcel detrás del Cabildo.
Desde entonces, los antiguos calabozos quedarán
enterrados por más de 200 años hasta su redescubrimiento en 1989.
Cripta
Jesuítica del Antiguo Noviciado
Una de las primeras construcciones con techos
abovedados en la ciudad, novedad que el jesuita Johann Kraus dejó en tiempos
que la Plaza Mayor juntaba polvareda, la iglesia Catedral, aún
no consagrada, era una construcción cuatro veces más chica que la actual, y el
Cabildo sufría de una pobreza edilicia con urgencias de reparación.
El año 1700
comenzó con otro logro de la
Compañía de Jesús, un nuevo Noviciado se levantaba para sumar
a su extenso patrimonio.
Un espacio alejado del centro, con grandes aposentos,
refectorio, huertas regadas por el río
Chico (un brazo del río Primero ) y hasta una capilla privada semi-subterránea
cuyas dimensiones eran admiradas hasta por viajeros que visitaban la aldea
cordobesa.
Pero el ambicioso proyecto no pudo continuar. Las
peleas con el obispo Mercadillo pusieron en peligro la continuidad de la Universidad. Desde
el Cabildo informaban a España sobre la ostentación que obraban los Padres y,
entre los mismos Jesuitas, había discusiones sobre la verdadera utilidad del
lugar.
Finalmente, la fabulosa construcción quedará como una
casa de ejercicios espirituales, al tiempo que las prioridades se fijaron en
acrecentar la extensión y las obras de las estancias de Alta Gracia, Jesús
María, y Santa Catalina. Sumado a las mejoras en el Colegio Máximo, demostrarán
por qué sus edificios continúan levantados hasta el día de hoy, por qué fueron
líderes en producción ganadera, sobre todo mular; de sus habilidades para
administrar y capacidad para hacer una obra que marcaría una época y a la sociedad colonial cordobesa.
La expulsión de la Orden en manos del Rey Carlos III dejó truncos
muchos sueños. Así como el resto de su patrimonio, este antiguo noviciado
correrá diferentes suertes: años de abandono, como hospital provisorio en
tiempos que se construía el “viejo Hospital San Roque”, más años de abandono,
un desmembramiento de sus partes para ser vendida por separado y quedar la
capilla convertida en sótanos.
Finalmente, fue el progreso de una ciudad cada vez
más congestionada, lo que sepultó la fascinante obra. El intendente Emilio
Olmos ordenó en 1928 ensanchar la avenida Colón, dejando bajo tierra y sin sus primitivas
bóvedas, ese pedazo de historia que llamamos Cripta Jesuítica.
Dos lugares que se redescubrieron hace solamente 26
años, dos lugares recuperados y que despertaron más de una leyenda. Muchas de
ellas, incluidas en el recorrido de la Córdoba Subterránea.
Intrigas, curiosidad y algo de adrenalina corren por
adentro cuando uno las visita. Vale la
pena intentarlo, la invitación está dada. Para conocer o para volver.
Circuito:
Córdoba Subterránea
Celdas del Cabildo, Pasaje Santa Catalina,
Peatonales, Sótanos del Museo San Alberto y Cripta Jesuítica del Antiguo
Noviciado.
De lunes, miercoles y viernes 10 hs. Duración: 2 horas